A las tres de la tarde, el espejo del vestíbulo decidió que ya había visto suficiente de la familia. Sin previo aviso, la imagen del aparador y el jarrón de porcelana comenzó a deslizarse hacia el borde izquierdo del cristal, como una cinta cinematográfica que se descuelga de su carrete.
Don Julián, que se anudaba la corbata, vio con horror cómo su propio rostro se alejaba hacia la esquina superior hasta desaparecer en un ángulo ciego. El marco quedó habitado por un paisaje de llanuras violetas y un cielo donde volaban peces de plata, un mundo que no pertenecía a la casa.
Desesperado, Julián metió la mano en el vidrio, que ahora tenía la consistencia del agua tibia. No recuperó su reflejo, pero extrajo un guante de seda que aún conservaba el calor de una mano desconocida. Afuera, en la calle, todos los transeúntes comenzaron a caminar de espaldas, convencidos de que el futuro acababa de mudarse al interior de los muebles.
La Banalidad de lo Infinito en Flores: Una reseña de "El Colombófilo de Flores y la Cifra Infinita" de Daniel Omar Cignacco La obra de Daniel Omar Cignacco, "El Colombófilo de Flores y la Cifra Infinita", no es una novela al uso; es un artefacto filosófico camuflado como relato de ciencia ficción costumbrista, una pieza de metafísica que se niega a abandonar la azotea del barrio de Flores en Buenos Aires. Es una lectura obligatoria para quienes aprecian el cruce entre el código binario y la carne. La Mística del Guano y la Recursión El protagonista, Pérez-Molina, es un excéntrico colombófilo y oficinista de aduanas. El barrio de Flores, un lugar de "espera que, paradójicamente, nunca termina de definirse," se convierte en el escenario ideal para su inclinación. Pérez-Molina transforma su palomar en un experimento gnóstico: sus palomas mensajeras no llevan cartas, sino diminutos fragmentos de papel de arroz que contienen una secuencia binaria. La genialid...
